Gosh, ha pasado más de un año... Si, de nuevo yo. Hoy mientras estaba en
clases me di una vuelta por aquí y las telarañas son bastante evidentes. Mucho
que contar, mucho que decir y muuuuuchas cosas de la lista de ciento y pico de
cosas que hacer en Caracas tachadas.
Lo primero
que puedo contar es que ahora pertenezco orgullosamente al team de PMO de
Huawei Technologies de Venezuela, trabajo casualmente para la cuenta de CANTV.
Ya tengo 6 meses en la empresa, pero si soy honesta se sienten como 40 años. Debo
decir que nos tomamos muy enserio el Make It Possible, a raíz de eso la vida me
ha dado un gran vuelco.
Mi estilo
de vida ahorita gira completamente en torno a mi trabajo y a veces se me
dificulta llevar al día todo lo que está afuera de los pasillos de la empresa
de las hojitas rojas. Hablo Chinglish, Spanglish, soy un tigre comiendo arroz
con palitos y bueno también tengo el horario de China. Por todo eso y mucho más,
le he dicho bye bye a mis usuales actividades de esparcimiento, como subir el Ávila
religiosamente los domingos, explorar Caracas y así... Aunque hecha la loca
como dije antes sin quererlo, he tachado unas cuantas cosas de la lista con mi
nuevo mantra Work Hard, Play Hard.
Aqui
vamos...
1. Subir al teleférico y
admirar desde arriba a Caracas.
Mi primer fin de semana en
Huawei (cuando aun tenia vida) hice esto, pero señores es una actividad
netamente de cerdear, dígase de comerse todo lo que hay allá arriba:
choripanes, fondue, fresas con crema, dulces, dulces... Me gustó mucho, aunque
me cayeron unos cuantos palos de agua y desde entonces sueno con una casa para
olvidarme de todo allá en Galipán.
10. Subir a El Calvario y
tomarse un café con vista a Caracas.
Lo
hice, pero no lo disfrute mucho. Estaba paranoica porque queda justamente en el
centro de Caracas y no es precisamente seguro, además para el momento en que
fui estaba todo como descuidado y abandonado, no había nada de café allá
arriba. También es un monumento que digamos que fue politizado y le mata el
encanto que podría tener.
15. Ver el espectáculo de
luces de la fuente de Plaza Venezuela.
Hermoso,
lo hice en los tiempos de la Copa América (ponían una pantalla con los
partidos) cuando nuestra Vinotinto jugo con Perú y termine con el corazón
deshecho en el pecho, así que opaco el efecto de las luces.
18. Contemplar la Plaza
Altamira.
Soy una
de esas afortunadas que contempla el obelisco todos los días, literalmente
trabajo al frente y soy residente de la zona. I corazón Altamira. Me pueden
conseguir disfrutando del café y los postres de Amelie Cafe con mucha, mucha, mucha frecuencia... Demasiada dirian
algunos.
19. Tomarse un trago en la terraza del rest 360 en Altamira (Hotel Altamira Suites).
Cumplido
con creces, la vista de noche es breathtaking, Caracas de este a oeste en pleno
apogeo. Es un lounge criollo por así decirlo, cuenta con chinchorros y es un
ambiente súper relajado e íntimo, nada de acabaderas de trapo. Los tragos muy
buenos, particularmente recomiendo el Mojito Cubano, las pizzas con su toque
criollo (queso telita, tajadas, la Catatumbo si mal no recuerdo) y las papas
con chorizo.
20. Visitar la Ciudad
Universitaria.
La
visito todos los sábados al ir a clases pero me toca recorrerla en detalle, aun
no la conozco tanto como quisiera.
36. Ir a un juego
Caracas-Magallanes en el estadio universitario.
No fue
un Caracas-Magallanes, pero si fui a un Caracas-La Guaira en noviembre y lo
ame. Vamos a ver si esta temporada tengo la oportunidad de lanzarme a uno,
Huawei es patrocinador de los Leones (guiño).
40. Recorrer el Parque
Los Caobos y si coincide con un concierto mejor aún.
Lo recorrí
hace alguuuuun tiempo en
plan de trote, pero también iba traumada es muy solo y tiene cuentos. Quede
maravillada con todas las fuentes, estatuas y esculturas. Mis favoritos fueron
la Fuente Venezuela de Ernesto Maragall, tiene cinco estatuas sobre
sus respetivos pedestales, simbolizando cinco regiones geográficas de
Venezuela: el Ávila, los Andes, los Llanos, el Orinoco y el Caribe, y el Ícaro
con su "Un hombre no es un pájaro y debe soportar la ruindad de estar
unido a la tierra como los ángeles al cielo".
46. Admirar lo bella que se ve la
escultura Esfera Caracas de Jesús Soto en horas de la noche.
Suelo hacerlo
mientras ando por la Autopista. Si, ya manejo en Caracas y debo decir que es
inevitable no hacer comparaciones, en Oriente manejan como los propios loquitos
(me dicen que en Maracaibo la cosa es peor) aquí la gente como que respeta más
las normas de tránsito, cuando agarre el carro allá en casa me baje con
tembleques en las piernas y manos de lo tensa que iba.
68. Ir a comer a La Cuadra Gastronómica
de Los Palos Grandes (6ta transversal entre 3ra y 4ta avenida).
Aun no
conozco todos los sitios, es un trabajo en proceso y bueno la billetera tiene
que ir preparada. Lo que he visitado con más frecuencia es Ávila Burger, con el
firme propósito de en algún momento llegar a probarlas todas, ya llevo como 6.
76. Vacilarse una noche
de Stand Comedy en Teatro Bar (Calle Orinoco. Las Mercedes).
Es lo máximo
y es ideal para iniciar la semana (los stand up son los lunes)... Bueno, ideal
para la gente que se va a una hora prudente, no como mis lindos compañeros de
rumba y yo. Si alguna vez se animan recuerden reservar, normalmente se llena.
97. Rumbear en el C.C.
San Ignacio o Las Mercedes.
Esto
obviamente no podía faltar! Del C.C. San Ignacio hasta ahora he rumbeado en
Pizco (alli celebre mis 24mil) y Samoa. De las Mercedes conozco Teatro Bar, Boo
Cafe, Auyama, Holic y Barriott. Después de una rumba intensa no andes por alli
parando cualquier taxi, ve por lo seguro, utiliza Easy Taxi.
Me he aplicado y siempre en
la compañía de mis fieles compañeros del team PMO, nunca dicen que no... Arma
de doble filo si a mí me preguntan jajajajaja.
Un placer haber estado de
vuelta por eso lados, extrañaba teclear algo que no fuese un correo o un excel.
Nos vemos por alli!
Te contagiaste ? jajaja
ResponderEliminarjajajajaja algo asi! Mientras estaba en clases como que lo empece a armar en la cabeza y al llegar al apto simplemente fluyo, lo extranaba
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